Como casi todo el mundo ignora, la homeopatía se basa en dos principios básicos:
La Ley de Similia : Una sustancia curará una cierta enfermedad si suministrada a una persona sana provoca los mismos síntomas o síntomas muy parecidos a los que produce dicha enfermedad. De esta ley, o supuesta ley, deriva el nombre de homeopatía: homois "similar" y pathos "sufrimiento", en griego. Analicemos un poco esta afirmación, por si no queda clara. Si una persona se envenena con lejía, administramos más lejía en pequeñísimas cantidades y se curará. Tal cual. Por cierto, curará si produce los mismos síntomas, no la misma enfermedad. Por ejemplo, una patada en los huevos produce síntomas parecidos a un tumor en los testículos.
La Ley de los Infintesimales, que es mucho mucho más interesante que la anterior: cuanto más pequeña sea la dosis más poderoso será el efecto de la sustancia.
Lo que se hace es que cierta sustancia se diluye en una proporción de agua destilada. Suele ser una parte en 10, siguiendo una regla de "décimos", esa disolución se diluye en la misma proporción, 1 a 9, así un número determinado de veces. En los botes de productos de homeopatía se puede leer cuantas veces se hace esto. Por ejemplo, si pone 30x (suelen ser valores de 20x a 30x), quiere decir que se ha repetido esta misma operación 30 veces, así que podemos encontrar un parte del producto original en 1.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 partes de agua, 1x10E30. Hay casos, como el de Oscillococcinum, que es un remedio homeopático estándar para la gripe, (derivado del hígado de pato), cuya dilución estándar es de 200C. La C significa que el extracto está diluido en proporción 1:100 y agitado en 200 ocasiones. Como resultado tenemos una dilución con una molécula del extracto por cada 10E400 moléculas de agua, es decir, un 1 seguido por 400 ceros. Esto es así sólo si no se tiene en cuenta el número de Avogadro. Teniendo en cuenta que en un mol de sustenacia hay un número 40 órdenes magnitud menor que esa dilución, se ve rápidamente que tenemos que buscar muchísimo para encontrar una molécula de la sustancia original.
Un bote de 6 dosis de éste último producto vale unos 12€ en los sitios más baratos.
Ahora empecemos a comparar. Resulta que, según las últimas estimaciones, hay unos 10E80 (un 1 seguido por 80 ceros) átomos en el universo entero, así que la dilución de 200C va mucho más allá del límite de dilución de todo el universo visible.
Pero no pasa nada, lo que se "argumenta" es que el agua posee una memoria y que esa memoria retiene las propiedades del producto diluído. Cada nueva disolución transmite también esas propiedades al agua destilada que se usa en cada iteración.
Curiosamente, si suponemos que esto último es cierto, que el agua tiene memoria que hereda ciertas propiedades del compuesto con el que está en contacto, resulta el agua no guarda memoria del resto de sustancias con las que ha estado en contacto, el vidrio del envase, el metal de los recipientes, el aire, la vejiga del que la expulsó en su momento, el granito o cuarzo de las montañas, el queroseno de los aviones cuando estaba en las nubes. No, queridos lectores, sólo tiene memoria de lo que se necesita para ser vendido.
Otra curiosidad es que el agua destilada más pura que se vende para laboratorios tiene un residuo seco que es del orden de una dilución de una parte en 1E9, varias decenas de órdenes de magnitud mayores. Pero ese residuo seco no imprime nada en la memoría del agua.
Sin embargo, como decía, Friederich Schiller: "Contra la estupidez, los mismos dioses luchan en vano".
Hay masters en homeopatía, libros, postgrados en universidades...¡Qué verguenza!
Monográfico de Homeopatía.